Si en algo nos podemos sentir hermanados con Italia, es en la bella manera, en el hermoso concepto, que tenemos de festejar.
El sábado pasado fueron las fiestas de Frosinone, a pocos kilómetros de Roma: comprando un vaso- jarra de un cuarto de litro por 5 euros, tenías la posibilidad de comer toda la pasta del mundo (gnochi, penne, farfalle, alla amatriciana, alla bolognesa, con fagioli), zuppa di pane, y, sobre todo, de beber tanto vino como pudieras.
Es decir: las fiestas consistían en una barra libre del tamaño de un pueblo. Que es, más bien, una pequeña ciudad.
La idea del vaso estaba bien pensada, porque se ahorraban así recoger los cientos de minis que, de otra manera, habrían acumulado.
A las 23.30, 3 horas después del comienzo oficial de la borrachera institucionalmente promovida, había gente, que yo lo vi con estos ojitos que los gusanos habrán de comerse, que no se tenía en pie.
Sed buenos. Si podéis.
AurelianoBastida
(Foto: entrada al centro de Frosinone)
Y tu estabas en ese porcentaje, q me da q era más mayor que menor, de gente q ya prácticamente no se tenía en pie, no? Ains...Con ese pasado abstemio tan majo q tenías, y próximamente, futuro
Ummm interesante fiestecilla....muxa pasta y muxo vino. Como no me gusta el vino, ya me quedaría la parte de la pasta y como no me molaría comerme tanta pasta como vino bebierais vosotros,creo q mi CONCLUSIÓN es la siguiente: Donde esté una buena fiesta de prau con sidra y bollos preñaos...QUE SE QUITE TODO LO DEMÁS;-)
¡¡LUNA POP MOLA!!