Introducción: llegamos corriendo a la estación de tren de Perugia, apurados. El tren está ya en el andén. Como debía dinero a una de las chicas, le compro el billete; la máquina no tiene cambio, y como hacen aquí cuando esto sucede, me imprime dos recibitos por importe total de 19 euretes a canjear por efectivo en cualquier taquilla de Trenitalia. A las 8 y media, más o menos, pasamos por Asís, y decido bajarme solo para conocerlo. El resto, destruido, continúa su camino hacia Roma.
Nudo: escribo el siguiente mensaje de texto, en forma de problema de matemáticas, que resume a la perfectamente el desamparo que sentía, la desesperación que me invadía: "Tengo 20 euretes en billetes de trenitalia. Assisi está a 4km. de la estación, sobre una montaña, y es el lugar más cercano en el que encontrar un bancomat (cajero). La biglietteria (taquilla) abre a la 1 p.m. ¿Cómo hago para llegar allí si el billete de autobús cuesta 0,9?"
Desenlace: escalando una montaña, que parecía alejarse con cada paso. Cada adoquín del suelo, durante 4 largos kilómetros, tenía escrito un nombre, para hacer aún más penoso, aburrido y desalentador el ascenso: ¿se trataba acaso de gente que desistió, en el lugar en el que lo hizo?
Sed buenos. Si podéis.
AurelianoBastida
(Foto: tumba de San Francisco de Asís. La basílica era impresionante, como el pueblo. De hecho, la foto es de la parte más fea... pero de la única en la que prohibían explícitamente hacer fotos. Aunque para la foto que hice...)
Fijate, una calle Huertas en Italia.
A kien se le ocurre bajarse allí en vez de irse trankilamente a casa xa descansar, esperando conocer esa ciudad tan procustea en otro momento de tu vida
Asís debe ser un sitio al que si vas tienes que superar una serie de pruebas y penurias.
Yo lo visité en una ocasión, y también fue toda una experiencia.