Coger un tren en sentido contrario puede tener consecuencias terribles: una de las más inmediatas es, por ejemplo, aparecer solo cerca de las 12 de la noche en un descampado desierto, sin mucha idea de dónde estás ni de cómo puedes volver, viendo además que no hay ningún tren que vuelva a Roma hasta el día siguiente.
Pero si eres arrojado y corajoso, puedes finalizar la noche, apenas dos horas después, en Stella Polare, en una fiesta en la playa acompañado de medio Euskadi y unos italianos de Caserta, tomando un vinazo infame de una botella, no obstante, muy elegante.
Todo con el objetivo último, claro, de tomarnos la última en un garito llamado Radio Rock, en el que nos dejaron entrar sólo para ponernos el "Nothing else matters" (la versión buena, no la de la zorra esa de cuyo nombre nadie se acuerda) y en el que nos pretendían cobrar 8 euracos por una copa.
Y si aún eres más osado y valiente, y si no te importa rellenarte el ojete de arena, puedes acabar bañándote semidesnudo, como en un día de boda, mientras ves el amanecer.
Sed buenos. Si podéis.
AurelianoBastida
(Foto: Stella Polare, saliendo del mar)
No te has planteado que tienes un problema con los medios de transporte italianos...lo digo porq yo que me pondría a contar en cuantas entradas del blog se habla de buses y trenes que no llegan etc....