Cuando alguien se marcha definitivamente de Roma, abre temerosamente la puerta de su casa.
Este maravilloso momento es aprovechado por sus amigos, que, extendiendo sus negras alas empiezan a sobrevolar en círculos lo que era un hogar, hasta convertirlo en devastado cementerio.
Así, lo que pueda haber de útil entre los restos de comida, sábanas, edredones, toallas, vamoh niña que estas rebaha son mehore que lar der corte inglé, quizá algo de ropa, los productos de limpieza y de tocador (qué palabra tan graciosa) son heredados, engullidos, ante la asustada mirada de la persona que se marcha.
Sed buenos. Si podéis.
AurelianoBastida
(Foto: bolsas amontonadas, en pleno proceso de buitreo, ex-habitación de Paloma, Roma)
Hay gente pa tó...porque mira que no esperar a que la pobre inquilina se vya del piso pal buitreo.....n finsss...
Pos si q parece un descampado y si ya me dices que está por embajadores me lo creo.