¿Quién no ha estado a punto de morir de sed un día cualquiera, pongamos que lunes, volviendo a casa con una incipiente resaca y deseando con todas sus fuerzas que apareciera delante de él una fuente? Seguro que todos vosotros, mis alcohólicos lectores.
Pues bien: en Roma, aparte de flores y cornetti las 24 horas, el agua brota por doquier. Bien fresquita, por cierto.
Incluso, los grifos tienen un agujerillo para tapar con el dedo, y hacer salir el agua hacia arriba, permitiendo la ingesta del deseado líquido sin necesidad de agacharse.
Creo que estoy enamorado.
Sed buenos. Si podéis.
AurelianoBastida
(Foto: una fuente, de las cientos, miles, millones de la ciudad, Roma)
Además, siempre te cabe la posibilidad de tapar el agujerito para salpicar al turisteo transeúnte.
Xo eso no se hace adrede, si ven que se está tapando un agujerito, xa q pasan por delante...
he oído hablar de ella
cuando no se osifican los huesos del cráneo
o algo así
pero no sabía de su abundancia en Roma
viéndolo así
con la cabeza a medio cerrar
tiene más mérito lo de que formasen un imperio.
Dejando este dato a un lado
quería certificar
si para que semejante visión se mostrase ante ti
te quedaste muy quieto, muy quieto, muy quieto
sin pulular nada de nada,
y si es así,
si es necesario aguantar también la respiración
o vale sólo con desearlo fuertemente.