Situamos la acción en una discoteca, pub, o asimilado, tras haber tomado alguna copa antes en Piramide, en el barrio de Testaccio. Después de un rato de descansar plácidamente, una de las personas que me ha estado visitando se levanta, se acerca a mí y grita:
- Que yo me voy.
-¿Que te vas adonde?- desde el lugar en el que estábamos, a la hora a la que estábamos, dudaba yo mucho de que fuera capaz de llegar a ningún sitio.
- Pues a tu casa.
Aparte de la respuesta, sorprendente por lo dudoso de la capacidad de alcanzar la susodicha no ya mi casa, sino un lugar siquiera remotamente cercano, sirva la siguiente conversación posterior para valorar las mangas que se agarra la gente que no es erasmus, pero que quiere disimular:
- (...)
- Sí, ¿te acuerdas? Eso estaba por Pirámide, donde el botellón.
- Sí, sí, me acuerdo. ¿No te parece curioso que tantas ciudades tengan una para de metro que se llame Pirámide?
- Si, pero en esta hay una Pirámide de verdad.
- ¿De verdad? ¿Y dónde estaba?
(Foto: gran Piramide cestia, frente a la cual pasamos la mayoría de la noche relatada, Roma)
Eso va a ser del riego, sobre todo cuando está mezclado con un pokinino de etanol.
Comprendo los casos en los que la piramide no se ve, con la oscuridad y la lluvía que cae vas con la vista en el suelo, y claro, no te percatas de que hay una pequeña piramide a tu lado, de lo mas normal y corriente
Pues q sepas q a veces las cosas no son lo que parecen ser y lo que pensabas que era un simple edificio era realmente una pirámide. La luz de las farolas en las ciudades del extranjero confunde muxo.
Y encima insinuas que ahora ya no puedo uno ni desknsar tranquilamente y comentar sútilmente su deseo de una pronta partida a un lugar más acogedor.
¡¡EL MUNDO ERASMUS YA NO ES LO QUE ERA!!