En una iglesia en pleno centro de Roma a alguien en el s. XVIII se le ocurrió recoger huesos de monjes capuchinos y colgarlos por las paredes formando arabescos, mosaicos, montones y obscenidades decorativas de todo (de)género. Inventaron, al tiempo, la palabra nauseabunda, que nunca ha encontrado un mejor lugar de aplicación.
Si la visitas el primer domingo de octubre, obtienes la indulgencia plenaria: como en el Camino de Santiago, pero con más asco.
Entre los restos de "dos principitos y una princesita de la familia Barberini", que descansan en unos agujeritos en la primera sala, y lo de descansan lo presupongo porque te miran como tumbados desde un diván, y otros restos, puede leerse lo siguiente en un cartel premonitorio. O agorero:
"Quello voi siete noi eravamo; quello noi siamo voi sarete".
Lo único que espero cuando me muera es que no le dejen mi pelvis para jugar a Barceló.
Sed buenos. Si podéis.
AurelianoBastida
(Foto: cripta de los capuchinos, o Cripta Nauseabunda, Santa María de la Concepción, Roma)
Mi hermana me comentó que existía este lugar y no me lo podía creer..pero ya con foto incluida...no me cabe duda, la gente tienen aficiones para todos los gustos...agradezcamos que no haya más gente que se dedique a esto.
Y yo he estado en Roma y no lo he visto!?!?!??!!? Con lo q me gustan a mi estas cosas, jop!