Lo increíble de Venezia es ser tal y como uno la imagina: sin decepciones. Pasear por el Gran Canal siempre resulta encantador, incluso cuando el sábado de carnaval hay tanta gente que es necesario hacer cola para entrar en las calles estrechas.
Lo mejor es alejarse unos metros de las calles más transitadas para encontrar puentecitos tranquilos y canales silenciosos donde sólo se oyen en el silencio tus pasos, y una amable señora, disfrazada de señorona cualquiera, se ofrece con una sonrisa a hacer una foto de grupo a la panda de gañanes con cara (pero sólo eso) de perdidos por la ciudad para poder pasar con su carrito de la compra.
Sed buenos. Si podéis
AurelianoBastida
(Fotos: Gran Canal, con la Salute al fondo (superior); pequeño canal casi vacío a la derecha de la Strada Nuova (inferior), Venezia).
Me has dejado sin palabras, me quedo con tu primera frase: Lo increíble de Venecia es ser tal y como uno se lo imagina.
Ahora mismo me gustaría teletransportarme a esa ciudad que tanto encanto muestra en unas simples fotografías.
Mu potito, habrá q volver
Mu potito, habrá q volver